a la mañana aparece todo quieto
no hay una fuerza de mí contra mí
o un malestar de mí
quiero deshacer el todo que piensa “yo”, es decir, la que escribe
la que siente esta guerra blanca y negra
ya de noche me sereno
tomo agua de una fuente grande
no libro más batallas
no hay vademécum que me retenga
un libro me dice que voy, que llego lejos yo sé es verdad
pero el manual corporal indica otra cosa
tengo que salvarme del centro de mí
¿qué es lo último? pregunto algo en silencio
por la forma, la muerte
de negro me abandono al azar